jueves

 

Amberes  ( y II )

 

 

Un paseíto en barco por el río Escalda con vista a Amberes, la ciudad que también brilló en el arte universal por numerosos pintores de renombre, en ella nacidos o en sus inmediaciones, además de los que vinieron para ejercer su arte, sobre todo desde que el liderazgo comercial de Flandes pasó de Brujas a las orillas de este gran río europeo.



La prestigiada “Escuela de Amberes” si bien heterogénea en sus estilos tuvo de referentes a pintores de la talla de Van Eyck, Van der Weyden, Memling, Van der Goes, Petrus Christus , Mabuse, El Bosco, Brueghel, … pero, sin duda alguna, Amberes guarda especial veneración tanto por Rubens, muerto en esta su patria de adopción en 1640, como por Van Dyck, amigo y discípulo del gran maestro, nacido en Amberes en 1599, y a cuya estatua remiten con orgullo sus paisanos.

Entre sus magistrales obras destaca la que bien pudiera ser el soplo inspirador de “La bella durmiente” de Perrault, si bien aquí no hay príncipe sino Amor a punto de espertar a su amada con un beso.

Pero, pintores aparte, toda Amberes es una sucesión de artísticos cuadros al natural, dignos de admiración, si cabe más valiosos que sus afamados diamantes…

En tanto ahorramos para poder comprar alguno chiquitito,  nos dirigimos como la mayor parte de los turistas a los mercados callejeros que ofrecen otras “joyas” más asequibles...

…y hacemos fotos para recordar que aquí estuvimos, disfrutando de todo el recorrido con verdadera felicidad.

 

Antes de comenzar a despedirnos de sus monumentos, por ejemplo de su catedral…

… que es también en sí un espléndido museo de Rubens.

Además de atesorar otras obras de arte de autores conocidos o desconocidos.

…y, tras descansar un ratito en su bellísimo interior...

… tenemos que dirigirnos ya a su también monumental estación de ferrocarril para volver a Bruselas...

 ... pensando ya que ay ay nos espera el avión de regreso a la cotidianidad.