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TÚNEZ

 


Aunque los arqueólogos han demostrado que el país que sería llamado Túnez estuvo habitado desde hace un millón de años, tenemos mejor conocimiento de su población a partir de las glaciaciones que congelaron el continente europeo, mientras que en el Norte de África florecieron las civilizaciones iberomauritanas, anteriores a la líbica y la egipcia. Los romanos, que ponían nombre a todo, no se molestaron en dar un nombre propio a los pretunecinos y los englobaron con otros innominados a los que decían bárbaros, y de ahí viene el nombre de bereberes que aún designa a la población autóctona. 

Aunque los comerciantes fenicios llegaron a Túnez hacia el siglo –XII, ocuparon pequeños asentamientos costeros y no fundaron hasta el año -800 la ciudad púnica de Cartago, no lejos de la actual capital de Túnez, potencia mercantil que rivalizaba con la emergente Roma, no lejos de la capital de Túnez.

Las guerras hegemónicas Roma – Cartago concluyeron con la destrucción total de la floreciente ciudad estado púnica el año -146. Y lo que sobre las ruinas cartaginesas reedificaron los romanos lo destruyeron los vándalos de Genserico, procedentes de Hispania el año 439...

 


(Así que la que pretendía hacer fotos de cómo era la Cartago cartaginesa... ¡va dada!)

Sometidos los bárbaros Roma se enseñoreó de Túnez y la adornó con ciudades parecidas a las suyas de Italia, como pudimos comprobar en nuestro recorrido...

Particularmente destacamos el teatro de Dougga  y también el anfiteatro de El Djem...

...y obviaremos otras magníficas muestras pues ya hemos saturado este reducido espacio

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, los bizantinos ocuparon Túnez al igual que el Norte de África y el sur de la Hispania visigoda, hasta que fueron expulsados (de nuestra península en el siglo VI y de Túnez en el VII). Esto se convirtió en dominio de los Omeyas que fundaron Cairouán, sede del gobernador que impulsó la conquista de la Península Ibérica, y hoy floreciente ciudad amplia y luminosa.


De los omeyas pasó sucesivamente a los abasíes, ziríes, almorávides, almohades… y otras dinastías, hasta ser nido de piratas en el siglo XVI y mover a Carlos I de España a su conquista, con alternancias de victorias y derrotas hasta terminar siendo del Imperio turco.

En 1881 los franceses convierten Túnez en uno de sus protectorados norteafricanos y, tras la II Guerra mundial, el dirigente Habib Bourguiba logró la independencia de Túnez en 1956, occidentalizando el país y abriéndolo al turismo internacional. Con lo que por allí aparecimos… atravesando el desierto debidamente aclimatados.

Por cierto que estuvimos alojados en un pintoresco hotel semisubterráneo, donde se rodaron algunas memorables secuencias de la Guerra de las Galaxias…





Pero nos desengañamos de vivir en el desierto, concluyendo no está mal para las películas o para volver unos días al tiempo de nuestr@s trasabuel@s, que no tenían tiendas para comprar alimentos elaborados y ropa confeccionada... Así que nos nos fuimos a Monastir...

 

... y de ahí a la preciosa Sidi Busaid

 

 

Para terminar nuestra gira en la medina vieja de la capital y visitando el magnífico museo de El Bardo… poco antes de toparnos con la indicación de que ya había que ir al aeropuerto.